
Desde París a Afganistán.
Por Estambul y Bangla Desh
En arrozales de Vietnam
y por los bares de Lavapiés,
Por los portales de Nazareth.
Por los portales de Nazareth.
En el infierno te buscaré.
Desde Granada hasta Dakar.
Desde Granada hasta Dakar.
En la Pedrera de Gaudí.
En las cabilas de Sudán
En las cabilas de Sudán
y en el “Valla” de Valladolid.
Por los suburbios de Bucarest.
Por todas partes te buscaré.
Calor, calor, mucho calor, y no hay quien te encuentre. Castigo de dios.
Calor, calor, cuanto calor, y no hay quien te encuentre. ¡Maldita obsesión!
Por ti peinaré las aceras
Calor, calor, mucho calor, y no hay quien te encuentre. Castigo de dios.
Calor, calor, cuanto calor, y no hay quien te encuentre. ¡Maldita obsesión!
Por ti peinaré las aceras
y haré que me quieras, maldita mujer.
Por ti naufragó mi patera
Por ti naufragó mi patera
cruzando el estrecho donde te canté,
donde te besé.
Calor, calor, mucho calor, y no hay quien te encuentre. Castigo de dios.
Calor, calor, cuanto calor, y no hay quien te encuentre. ¡Maldita obsesión!
Por las laderas del Mont Blanc.
Calor, calor, mucho calor, y no hay quien te encuentre. Castigo de dios.
Calor, calor, cuanto calor, y no hay quien te encuentre. ¡Maldita obsesión!
Por las laderas del Mont Blanc.
En Shangri-La y en Tombuctú.
Por el espacio sideral
Por el espacio sideral
y por los bares del Sur.
Entre la quinta y la veintitrés.
Entre la quinta y la veintitrés.
Por todas partes te buscaré.
Calor, calor, mucho calor, y no hay quien te encuentre. Castigo de dios.
Calor, calor, cuanto calor, y no hay quien te encuentre. ¡Maldita obsesión!
Calor, calor, mucho calor, y no hay quien te encuentre. Castigo de dios.
Calor, calor, cuanto calor, y no hay quien te encuentre. ¡Maldita obsesión!
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